La segunda jornada empezó con el workshop Paisaje Sonoro presentado por Julio César Palacios, que expuso mediante diapositivas y archivos sonoros la historia y evolución de los grabadores de campo y sus materiales para grabar la naturaleza, incluso en condiciones muy adversas como el ártico, haciendo hincapié en las grandes mujeres de la electrónica. Los presentes estuvieron atentos y muy receptivos creando un interés real que hizo que el tiempo volara.
Después de enseñar algunos de sus dispositivos para las grabaciones de campo, Julio César nos hizo un Live de su proyecto Sun Color. Sonidos pregrabados que pasados por la edición de softwares crean una experiencia única de pads ambientales y ritmos deslavazados.
Las instalaciones conseguían atraer a extraños que era su primera vez en el campo de las interacciones inmersivas, como la Realidad Virtual de The Smallest of Worlds, basada en las contribuciones de participantes que compartieron sus espacios más íntimos y personales, que les han ayudado a afrontar el período de cuarentena y autoaislamiento.
La tarde siguió atrayendo a un público que era capaz de sorprenderse al adentrarse en Can Palauet, la sede del MAC.
La instalación de Tecnología Obsoleta reaccionaba al sonido y a la captación de movimiento, todo ello con un estilo decorado con piezas de ordenadores, cámaras antiguas o cds desperdigados por el suelo.
Con un público que iba llenando la sala grande empezó el directo de Punta Laberinto y las visuales de Opaaco. La artista afincada en Premià de Mar sacó su maleta de sintes modulares que recreaban un viaje espacial donde las capas ambientales planeaban por drones sostenidos en las imágenes. Para recrear ese viaje interestelar las visuales de Opaaco buscaban filtros para crear imágenes únicas para el espectador.
La actuación más esperada para la parroquia de Mataró era la del artista VIBORA ✝ UMBRA, que ya nos sorprendió con su primer EP You can run but you can´t hide del 2019. Un directo menos rítmico pero igual de mágico, y no solo por la producción propia de visuales para todos sus directos, recordemos la realización de los videoclips del EP que se editó en cassette a través de Aiguamoll Records. Sino porque tiene claro como suena su música, inquietante y oscura, que se basa en los sintes de darkwave de películas slasher de los 80’s y en videojuegos de 8 bits. Una estimulante lección de luces y sombras, tenebrosa y solitaria, que se expande hacia universos de neón y sonido HI-FI en una sala que llenó su aforo y dejó fuera a gente haciendo cola para entrar.
Otra de las instalaciones de esta segunda edición de Lavs Festival consistía en la ejecución en directo de un algoritmo que tomaba las muestras de sonido reproduciendo diferentes patrones aleatorios, creando una obra única en todo momento. Sonovac dejaba al oyente ser importante en el contenido al depender del momento y la duración en que decidía ocupar la sala en la que se ejecutaba la instalación.
Los últimos en actuar fueron el dúo Delusions que enseguida se pusieron manos a la obra y destilaron un Techno contundente que supuso un estimulo para bailar de la que algunxs se contagiarxn. Y es que el dúo lleva recorriendo el mundo con sus sesiones de deejays y Lives teniendo como base su propio sello Ballistic afincado en Mataró.
Con las visuales de Cobb las formas geométricas y vectoriales tomaron el pulso con tonos rojos pero sobre todo en blanco y negro. Dando el punto idóneo para el dark-techno que tan bien nos lo hizo pasar para acabar la segunda jornada con el mayor número de público de todos los días del Laboratori d’Art Visual i Sonor.